GRES

Los suelos de gres son una solución elegante y económica para los suelos de toda la casa, pero sobre todo para la cocina y el baño. Es un material muy impermeable y fácil de limpiar y aguantará el trote de toda la familia con un mantenimiento mínimo.

Los suelos de gres son el resultado de la combinación de minerales arcillosos, que le dan plasticidad; minerales fundentes, que unen las partículas y eliminan posibles porosidades; y arenas silíceas. Estos pavimentos se esmaltan y fabrican por monococción a temperaturas que van de los 1.200 y 1.350 grados. Existe una gran variedad de colores y texturas, conseguidas tanto por prensado (superficies que presionan la materia base) como por extrusión (el material sale por una abertura que moldea la pieza).

Los suelos de gres se utilizan habitualmente para la cocina y el baño, aunque en la actualidad ya se usan para otras estancias de la casa e incluso para exterior. En general la absorción de agua del pavimento de gres se considera baja o media-baja, por lo que es muy impermeable y esto simplifica mucho su mantenimiento y limpieza.

Su alta resistencia a las inclemencias del tiempo también las hace aptas para su uso en el exterior, en patios y terrazas.

Los suelos de gres dan a los pavimentos un acabado liso y fino, cosa que facilita enormemente la limpieza y, gracias a su resistencia, son una opción recomendable en zonas de mucho tránsito.

Las tonalidades del gres van del blanco al pardo oscuro, pasando por diferentes matices de ocre, aunque también se pueden adornar con figuras geométricas u otro tipo de motivos. La mayoría de las baldosas de gres son cuadradas de hasta 60×60 cm, aunque pueden encontrarse de mayores dimensiones y con diferentes formatos.

Se trata de un material económico, y de ahí viene seguramente su popularidad, además de por las posibilidades creativas que otorgan los colores y texturas que los fabricantes diseñan cada temporada.

Gres para el exterior

Aunque tradicionalmente el gres se reservaba para suelos de interior, en la actualidad se ha visto que da muy buen resultado en exteriores.

Para ello existen dos tipos de gres con diferentes propiedades:

• Gres rústico: Es un material muy resistente aunque tiene problemas con las heladas, por lo que habrá que escoger uno resistente si se va a instalar en zonas donde hiele. Su color teja, con decoloraciones y irregularidades, le da mucha calidez a las terrazas. Imprime en ellas un estilo tradicional y rústico muy cálido. Si queremos, podemos usarlo para el borde de las piscinas, ya que aunque parezca que es poroso no lo es y no lo dañará el agua.

• Gres porcelámico: Es un material poco poroso, aunque es preferible reservarlo para zonas poco húmedas. Nos ofrece una gama mayor de colores y texturas con modelos que pueden imitan el mármol, la madera o la pizarra.

En general el gres es una solución para pavimentos al alcances de todos los bolsillo, muy resistente y versátil, que imprime gran calidez y elegancia y nos permite limpiarlo sin grandes preocupaciones. Simple, versátil y efectivo.

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