GRESITES
Originario de la antigua Roma, el gresite es un revestimiento realmente vistoso que se utiliza principalmente para baños y piscinas y que ofrece grandes posibilidades creativas.
El uso de este tipo de pavimento, habitualmente para recubrir paredes de baños y fondos de piscina, consigue resultados realmente vistosos.
El gresite original está formado por pequeñas losetas de azulejo. Su instalación no es sencilla, por lo que siempre es mejor confiar la tarea a un profesional, pero incluso para ellos es muy laborioso. Los fabricantes, innovando para hacernos la vida más fácil han ideado nuevos sistemas para facilitar su instalación: mallas de gresite.
Estas mallas, formadas por varias piezas de gresite son mucho más fáciles de instalar. Se presentan en piezas cuadradas normalmente pequeñas de 2×2 cm o 5×5 cm, pegadas sobre por la cara vista a hojas de papel perforado o, por el dorso, a una red textil, de papel o de plástico. El papel de la cara vista se desprende tras la colocación y la red dorsal queda incorporada al material de agarre.
Muchas de estas mallas ya incorporan una combinación de colores para dar más vistosidad al resultado, aunque siempre puedes adquirirlas en tonalidades monocolor.
Para aquellos que crean que este sistema sigue siendo demasiado complicado, en el mercado podréis encontrar azulejos que imitan al gresite. Aunque cabe resaltar que el acabado no tiene la misma calidad, aunque algunas personas pasarán esto por alto.
Podemos encontrar en el mercado algunos tipos de gresite según el material del que se han fabricado.
• Mosaico de gres: Destinado a piscinas, duchas o similares, es un material de poca porosidad, con baja absorción de agua de soporte blanco o coloreado en la fabricación de la masa añadiéndole pigmentos.
• Mosaico esmaltado: Es un material con una absorción media de agua, se utiliza para baños y piscinas privadas, y para revestir superficies con curvas. Con grande posibilidades cromáticas gracias al esmalte que lo recubre, tienen un soporte de color claro y puede presentarse en formatos diferentes al tradicional cuadrado o rectángulo.
• Mosaico de vidrio: este material no es cerámico, pero su acabado se asemeja mucho al esmaltado. Tiene una porosidad casi nula, permite una gran variedad de colores y se usa habitualmente para recubrir paredes de locales húmedos o piscinas.
Con un poco de imaginación podrás componer combinaciones de colores muy interesantes, hacer cenefas, dibujos… las posibilidades son infinitas. Y como muestra, solo hay que recordar lo que los romanos consiguieron en los pavimentos de sus palacios.





